Últimamente cada vez que saco un rato para leer es justo antes de irme a dormir. Vamos, que no leo un pimiento, porque es rozar la almohada y caer en coma. En toda la semana no he conseguido terminar ni un solo capítulo de la novela de Elizabeth Gaskell en la que estoy inmersa… Creo que el dormir menos horas hace que vaya más lenta para todo, hasta para leer. Sea como sea, mi lista de Reyes ya está hecha, y está llena de libros y cómics… Si caen, ¿Me dará tiempo a leerlos para este año?
opinión
De política no quiero hablar…
Pero qué deprimente lo que se nos viene encima. Y el cargo de conciencia que tengo por no haber podido votar por culpa de la maldita burocracia que hay en este país… En fin, el mundo al revés, quien quiere votar no puede y quien puede no quiere. Hay quien dice que peor no podemos ir, pero yo tengo miedo a despertarme dentro de cuatro años con la mitad de derechos que tengo ahora y para encima sin enterarme.
La fábrica de sueños
Estamos a 17 de Noviembre, y aunque todavía no hace mucho frío (al menos en Asturias), yo ya huelo a Navidad. Me gusta pensar que mi época favorita del año (como la de todo el mundo) es el verano con su buen tiempo, su playita, vacaciones y turismo, pero la verdad es que si soy sincera conmigo misma, mis días preferidos siempre tienen lugar en Navidad.
Se que este sentimiento desaforado de amor a todo lo Navideño está pasado de moda, en tiempos de crisis todo el mundo aboga por un ahorro energético, las luces de Navidad cada vez son más escasas y están puestas durante menos tiempo. Por otra parte, tiene una connotación consumista que a todos los jóvenes (y no tan jóvenes) a los que les gusta presumir de rebeldes, progres o inadaptados… les fastidia. Abren sus regalos el día de Reyes entre quejas porque claro, es un invento del corte inglés. Pero nadie devuelve su Iphone, Ipad o Iloquesea.
Yo personalmente disfruto de absolutamente TODO lo relacionado con la Navidad. Considero que no hay nada más triste en el mundo que una casa sin decoración navideña, cada año a estas alturas empiezo a rondar tiendas de decoración a las que no me acerco nunca y suelo babear en los escaparates o rebuscar monedas para poner más espumillón este año en casa. Comprar los regalos me hace aún más ilusión que abrirlos (lo que ya resulta considerable, porque la noche del 5 de Enero me cuesta todavía a mis 27 años conciliar el sueño), sacar las copas antiguas en Nochebuena y perder al Trivial, levantarse en Año Nuevo pensando que este año va a ser el mejor de mi vida, comprar papel de regalo de todos los colores, caminar por la calle de noche, con bufanda y gorro y la ciudad iluminada, tomar la chocolatada y el roscón de Reyes con toda la familia, escuchar música de los años 50 fingiendo que son villancicos…Y ver el anuncio de la Loteria de Navidad. Es una época feliz y hay que saber disfrutarla pase lo que pasa. Este año, el anuncio de la Loteria me ha emocionado tanto que he tenido que hacer esta «oda a la Navidad» en Nocivo Domingo, así que echadle un vistazo y ya me contaréis si la Navidad mola o no mola…
Imágenes sacadas de esta web
Un buen día para dormir
Al parecer hoy es 11 del 11 del 2011. Estos días he redescubierto lo que ODIO madrugar, y con todas mis fuerzas, oye. Nunca olvidaré aquella afirmación de Neil Gaiman, cuando dijo que se había hecho escritor para poder trabajar en pijama y a la hora que le diera la gana, sin horarios ni despertadores…. Creo que ahí fue cuando empezó a gustarme de verdad ese hombre. En fin, tengo que ponerme a buscar una profesión de esas ya. El caso, 11 del 11 del 2011, parece un maravilloso día para dormir. Hasta mañana
Viajar, viajar, viajar…
No entiendo a la gente que no le gusta viajar. Y quien dice viajar dice hacer turismo de ese que estás una semana reponiendo fuerzas del fin de semana (largo) que te fuiste de vacaciones. De ese en el que te duelen los pies y te hinchan las piernas cuando te acuestas en la cama del hotel/ hostal. De ese que te levantas tempranito y te acuestas pronto de puro agotamiento, cuando en vez de leer un libro lees tu guía de viaje, con anotaciones y dibujitos propios, cuando si hace sol es precioso, si llueve melancólico y si nieva único.
Cuando los viajes salen bien parece que estás leyendo un cuento o protagonizando uno. Cuando paseas por esas calles (París, Roma, ¡Venecia!) inmortales, perfectas, mágicas… que de pronto te pertenecen. Hace mucho que no viajo, ¿Se nota? ya va para año y medio desde que visitara la ciudad más bonita del mundo (Venecia!!) y necesito conocer mundo. Ahora mismo.
Nunca entenderé a la gente que se conforma con playa o piscina… ¡Ah! ¡Inconscientes!
Come ON
¿Lo de la crisis de los 27 existe o me lo he inventado yo? Creo que he sido yo, pero es que claro, cuando se junta la crisis postvacacional, con la de los 27 pueden ocurrir grandes catástrofes… o no. Desde que volví de Galicia se me apetece hacer el cafre a lo grande, y no respondo ante las barbaridades que esté a punto de cometer. Todo esto creo que tiene que ver con una semana escuchando Europa FM, que probablemente me ha reblandecido el cerebro (MORE). Pero… ¡QUÉ DEMONIOS! Pienso aprovechar lo que me queda de los 26 sin preocuparme por la pasta, el futuro, los amigos, la pareja, o el último libro de R.R. Martin… ¡Qué le den a la madurez!
Una semana después…
¡Ya estoy de vuelta! Ahora que he vuelto, me da pereza todo. Ya casi es Septiembre y tengo que ponerme las pilas en TODOS los aspectos de mi descarriada vida. Repito: ¡Qué pereza!
Galicia quedó atrás. Después de unos días disfrutando de las Rías Baixas, Sanxenxo, Punta Montalvo e incluso las Islas de Ons, volver a una Asturias lluviosa duele un poco, pero bueno, siempre nos quedarán los buenos recuerdos de días de playa y comilonas entre amigos.
Mañana me vuelvo a poner las pilas, tengo unas cuantas reseñas y recomendaciones guardadas en la manga, así que nos apretamos el cinturón, y nos ponemos en marcha. ¡Feliz (si eso es posible) final de Verano a todos!
Instinto maternal…
¿Quién me iba a decir a mi que dar clases a niños pequeños era peor que dársela a adolescentes? Una hora y media con esos pequeños monstruos es suficiente para levantarle dolor de cabeza a cualquiera. Desde luego, yo nunca he tenido mucho instinto maternal, y cuando las mujeres a mi alrededor babean y emiten grititos y ruiditos extraños al ver a un enano cabezón cualquiera, yo me obligo a sonreír para no levantar sospechas. No es que tenga el corazón de piedra, también yo emito ruidos raros y pongo apodos ñoños y/o humillantes, pero eso sí, con pequeños animales, que me resultan infinitamente más adorables que los niños pequeños.
Las cosas como son