Ayer fui a ver por fin (día del estreno, uau, qué friki soy…) Arrietty y el mundo de los diminutos. Llevaba meses (o años más bien, nada más que vi Ponyo quise ver la siguiente de Ghibli) queriendo verla, y aunque me ha decepcionado un poco, es cierto que la disfruté como una enana…
Arrietty es quizás más infantil, menos profunda, más sencilla y con un final demasiado pasteloso… Pero lo cierto es que es una historia contada de manera sencilla y bonita. Lo de que la animación de Ghibli es casi la mejor del mundo no es nada nuevo, pero yo aún así me estremezco en algunas de las escenas (con la habitación de Arrietty que quiero para mi, con la expresión de la joven cuando llora, con el campo de flores movidas por el viento…). Luego está cada uno de los instrumentos que usan los diminutos para sobrevivir, cada uno de los pequeños detalles en los que han pensado los creadores para hacer más creíble su realidad. y que consiguen con creces.
Especial mención merece la banda sonora, con un aire celta que la hace única y la aleja del resto de obras Ghibli dándole un tono muy melancólico y hermoso. Por otro lado tenemos el guión. La historia comienza muy bien y me da la impresión que va perdiendo fuelle con el paso de los minutos. Es triste que no consigan calarte los personajes (exceptuando Arrietty) y no puedas sentirte identificado con ellos. Podría decir que es el peor guión que ha firmado Miyazaki en su vida, pero realmente tampoco es malo, simplemente está muy lejos del nivel al que nos tiene acostumbrados. Aún así no deja de ser una película tremendamente disfrutable y que debe ser vista y admirada.
Peliculón que me vi anoche. Hora y media de aventuras, grandes dosis de humor y pacifismo Ghibli. Se acerca el final de mi reto de verme todas las películas del Studio Ghibli antes de que se estrene Arrietty, y me voy a quedar con muy buen sabor de boca, está claro.
Miyazaki ha vuelto a hacerlo sorprendiéndome con una película mucho más realista y menos fantástica de lo que nos tiene habituados, con un guión perfecto y unos personajes inolvidables. Porco destaca entre todas las maravillas Ghibli dejándonos una sensación cálida y emocionante después de verla. ¿Quieres leer la reseña completa de esta obra maestra? Pincha aquí.
«Recuerdos del Ayer» gira en torno a Taeko, una mujer de 27 años y soltera que trabaja en Tokio en 1982 y tomará unas vacaciones en el campo con la familia de su cuñada. Durante sus vacaciones, Taeko se encuentra a sí misma recordando su época de colegiala. La película va y viene entre esos dos momentos con mucha nostalgia y un hermosísimo paisaje de fondo en el que Taeko lleva a cabo sus flashbacks y trata de tomar algunas decisiones difíciles sobre su futuro.
Lo mejor:
Hace ya unos cuantos días que vengo rumiando «Recuerdos del ayer», la película del Studio Ghibli dirigida por Isao Takahata en el 91. Es sin duda una película única, intimista, terriblemente personal y que poco tiene que ver con lo que Ghibli acostumbra a hacer. Le tengo miedo a Takahata desde que vi «La tumba de las luciérnagas», pero se puede decir que me he reconciliado con él gracias a «Recuerdos del ayer» (Y no es que la primera no me gustase, es que casi me quita las ganas de vivir).
Lo mejor de esta película sin duda es la capacidad que tiene para transmitir la realidad en Japón en los años 60, de manera cruda, realista o incluso a veces aburrida, pero siempre con un gusto por los detalles y un cariño por los personajes asombroso. Sus diferencias con el cine de su compañero Miyazaki son abismales, pero no por eso es menos impresionante. Takahata no cuenta grandes historias ni habla de magia o aventuras, se limita a mostrar el mundo desde su punto de vista particular. Hay que cogerle el punto, pero cuando lo haces te quedas prendado, particularmente, creo que los últimos minutos de esta película (cuando el pasado y el presente se encuentran por así decirlo) son de los finales más emotivos y mejor hechos que he visto en el cine.
Lo peor:
Como todo cine independiente que se precie, no es para todos los públicos. Como decía, es una historia muy particular que no gustará a todos y chocará a la mayoría. Uno de los principales problemas, es que a nosotros como occidentales, nos costará bastante comprender algunos aspectos de la cultura japonesa, algunas actitudes de los personajes que en la película se nos muestran con naturalidad. Otro elemento que tenemos que tener en cuenta, es que como las películas de Sofia Coppola no deberíamos juzgarla en el primer visionado, hubo fragmentos que se me hicieron largos e incluso un poco pesados, pero estoy segura de que cuando la vuelva a ver no me lo parecerá.
Es una cuestión de mimetismo con la historia, a veces cuesta más y a veces menos. Y por último, una cosa que me ha molestado bastante es la animación utilizada para la protagonista adulta y el presente de la historia. Se decidió que se utilizarían unos actores reales para copiar las expresiones faciales y así resultara más realista, pero en mi opinión queda demasiado brusco y feo, quizá contraste demasiado con lo hermosa que es la animación utilizada para los recuerdos.
Enlaces:
Para que no se diga que soy parcial os traigo aquí un par de buenas reseñas, de detractores y admiradores, para que veáis que esta película no es para todos los gustos :
Según se terminó la película me quedé un poco vacía. Realmente no sabía si me había gustado o no, simplemente necesitaba unos días para asimilarla… Un par de semanas después puedo asegurar que me ha gustado, es una película rara y terriblemente nostálgica. Como decía habrá mucha gente a la que le aburra o no la entienda, porque eso es lo que pasa con las historias que transmiten sentimientos en vez de contar historias. Tiene grandes momentos, pero sobretodo tiene pequeños momentos.
Hace tiempo que tengo una apuesta conmigo misma, y es verme las pelis que me faltan del Studio Ghibli antes de que estrenen es España Arrietty y el mundo de los diminutos, como cada día atrasan más el día del estreno están consiguiendo que gane la apuesta. Las películas de este estudio, son desde que las descubrí un oasis en el desierto que es para mi el cine actual. Tienen una vertiente infantil y otra más adulta, pero ambas me encantan. De las 17 películas que se han estrenado en España ya me he visto 12, aunque alguna merecería un revisionado. En fin, a los hechos, que ayer (ante un día inhumano de injusta resaca sidrera me puse a ver Susurros del corazón, una película que no tardó en sorprenderme, enamorarme y pasar a engrosar un puesto preferente entre las creaciones Ghibli.
La historia:
Shizuku Tsukishima es una joven de 14 años aficionada a la lectura que tiene como plan pasar sus vacaciones de verano leyendo en la biblioteca y traduciendo canciones extranjeras. Para su sorpresa, sus planes dan un giro cuando descubre que hay un nombre, Seiji Amasawa, que se repite continuamente en las fichas de los libros que coge en la biblioteca. Un día en el tren, se encuentra con un gato misterioso que la llevará a la tienda donde Seiji trabaja como aprendiz fabricando violines, lo que le llevará a Shizuku replantearse su vida al completo.
¿Por qué verla?
Susurros del corazón es de ese tipo de películas (muy del estilo Ghibli) que consigue dejarte un tiempo después que se termine en un estado similar a la melancolía y a la vez a la felicidad. En ella encontraremos una historia muy humana y personal, en la que se nos irán planteando las dudas y problemas de Shizuku. La película trata sobre la superación personal, la manera en que las personas nos enfrentamos a nuestros problemas y nos ponemos metas, trata sobre nuestros sueños, sobre la adolescencia, la amistad y el amor. En ella apenas hay fantasía, y resulta ser una película muy costumbrista y enternecedora. Todos y cada uno de los personajes que aparecen te calan muy hondo (mi amor por Moon, el gato, es inconmensurable…).
Sobre los autores:
El mismo Hayao Miyazaki fue el que propulsó este film encargándose personalmente del guión y los storyboards de la misma, por otro lado el fallecido Yoshifumi Kondo, fue su director. Éste director era considerado el cabecilla para la nueva generación de cineastas en los que el propio Miyazaki tenía puestas todas sus esperanzas, pero falleció demasiado pronto, dejándonos no obstante la dirección de esta obra maestra en su haber.
Enlaces:
Un par de esmeradas y muy positivas reseñas sobre este peliculón:
Esta película me ha gustado mucho más de lo que pensaba incluso justo después de terminarla. Quizás no llegue a la calidad suprema en todos los sentidos de El viaje de Chihiro (mi preferida de Ghibli por el momento), pero desde luego no le hace sombra. Una historia sencilla, entrañable, consecuente y hermosa se mire por donde se mire.
Mei y Satsuki son dos hermanas de 11 y 4 años que se trasladan junto a su padre a una nueva casa en una región rural del Japón de los años cincuenta. Su madre está internada en un hospital cercano y las hermanas pasan mucho tiempo solas por los alrededores. Las niñas pronto comienzan a descubrir un nuevo mundo que rodea los bosques; el de los espíritus y leyendas.
El gancho:
Esta es la tercera película de Hayao Miyazaki, y la que con los años lo coronó como un maestro en el mundo de la animación. ¿Y cuál es el gancho de esta película? Pues para mi son las dos hermanas. Miyazaki es uno de los mejores estudiosos de la infancia, cada vez que retrata a un niño uno consigue no ver el dibujo, si no ver el niño (lo que no es nada fácil). Todas y cada una de sus pequeñas aventuras (desde la simple recolecta de flores hasta la búsqueda de Totoro) nos recuerdan a nuestro propio pasado. Consigue transformar la película en una idílica situación en la que incluso a los amantes incondicionales de la ciudad como yo nos entra morriña del campo.
A esto hay que añadirle la magia indisoluble de ese gran personaje que es Totoro y sus colegas, el gato bus y los otros Totoros. Son personajes que no hablan y que a pesar de ello podemos llegar a conocerlos profundamente. Esa especie de monstruo mitológico que crea Miyazaki se transforma a ojos de las pequeñas protagonistas en un adorable peluche lleno de magia y encanto.
Los valores de Miyazaki
En esta película del año 1988, Hayao Miyazaki nos muestra ya el camino que va a tomar el resto de su vida como animador y creador. Comienza a desarrollar temáticas que eclosionarán en películas como la fantástica «El viaje de Chihiro». La naturaleza es un personaje más en los filmes de este autor. El viento, los árboles y la lluvia tienen una importancia elemental, se les habla y pide permisos, se les dedica tiempos y se sueña con ellos. La naturaleza y su cuidado es lo que uno respira cuando ve una película de Miyazaki. Y con Mi vecino Totoro lo hace de una manera espectacular.
Infantil
Si la comparamos con el resto de sus películas podríamos considerar que está bastante enfocada al público más pequeño. En realidad tiene muy poca acción, es lenta, no suceden cosas realmente trascendentales y existen grandes espacios sin tan siquiera diálogos. Y esto, sin duda es lo que según mi opinión hará disfrutar de esta obra también a los adultos.
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de volver a ver Mi vecino Totoro. Una de las primeras y mejores películas de animación japonesa que he visto. Si no existiera El viaje de Chihiro, sería mi preferida dentro del mundo Ghibli. Así que se queda en un honroso segundo lugar. Los personajes son tan inolvidables que incluso se decidió utilizar como logo de Ghibli (a pesar de no tener mucho éxito comercial en su momento)a nuestro adorado Totoro, y sigue estando tan de moda como el primer día (en Toy Story 3 aparece un peluche de Totoro).
Ponyo en el acantilado es la última película (por el momento) de Hayao Miyazaki, uno de los mejores animadores de nuestro tiempo. La película narra la historia de Sousuke, un niño muy independiente que se hace amigo de un pez que se acaba convirtiendo en una niña, a la que llama Ponyo. La historia es una adaptación (muy libre) del cuento de Hans Christian Andersen «La sirenita»
Algunos personajes:
Sousuke
Sousuke es un niño peculiar de 5 años, un niño «de los de antes». Miyazaki admitió en una entrevista que se basó en su hijo (ya muy crecidito y también director de cine) para crear a este personaje, y lo hizo estupendamente. Es un niño valiente y divertido, de los que juegan de verdad y ríen sin miedo, de los que les gusta explorar y sorprenderse. Vamos, más un niño del siglo XX que del XXI
Ponyo
Aquí tenemos a nuestra sirenita. Desde luego a lo largo de la película nos demuestra una personalidad envidiable, llena de emoción, alegría y dulce obsesión por su amigo Sousuke. Todo esto le da una característica que viendo otras adaptaciones del cuento se nos olvida, Ponyo no es humana, y no lo será nunca.
Lisa
Lisa es otro personaje bien hecho, tiene la importancia justa. Es una madre que a pesar de tener marido, realmente hace el papel de madre soltera y moderna. Mientras el padre de Sousuke trabaja de marino, ella trabaja en un asilo dejando a su hijo la libertad justa para que pueda ser como es. Es una mujer moderna, con enfado rápido pero cariñosa y que desprende juventud y alegría, aunque con ese toque de sabiduría que Miyazaki suele dar a sus personajes.
Fujimoto
El malo de la película finalmente no es tan malo. El padre de Ponyo es tan protector como algunos padres del siglo XXI, quiere tener a Ponyo encerrada bajo su protección durante toda la película. Mantiene el carácter excéntrico-mágico que tanto les gusta a los japoneses y tiene un carácter un tanto huraño y pusilánime, aunque finalmente se hace querer.
La gran madre
La divinidad en esta película contiene todas las características de un dios marino, paz, tranquilidad, sabiduría y amor. Es el contrapunto a toda la aventura de Sousuke y Ponyo.
Las abuelas
Unos personajes a los que les toca hacer mostrar lo divertido y a la vez realista de la historia. Miyazaki emplea esta vez a las ancianas del asilo donde trabaja Lisa para tocarnos la fibra sensible, y mostrarnos que de todas las edades se puede sacar una buena historia.
La animación:
Desde luego con esta película descubrimos más de un cambio en la habitual manera de trabajar del estudio Ghibli. Las figuras mucho más planas, el trabajo cuidado pero más experimental, los colores más estridentes y algunas escenas animadas más de los años 80 nos llaman la atención. Para mi, personalmente es un gran acierto intentar acercarse a los viejos medios. Lo que Miyazaki pretendía era hacer una película más fresca, que saliera de adentro, sin necesidad de tanto ordenador ni preparación, quería trabajar con el lápiz y el pincel, como siempre lo había hecho, y lo que consigue, es sin duda, una pieza de animación inigualable.
En conclusión, una gran película. Me resulta extraño la cantidad de detractores que se pusieron de acuerdo para tildar Ponyo como una película infantiloide sin los valores que habituaba a utilizar Miyazaki en su cine. Para mi esta gente carece de vista, la verdad, claro que es una película infantil, mucho más infantil que «La princesa Mononoke» o «El viaje de Chihiro», por poner un par de ejemplos, pero sin duda no hay mejor historia que la que es capaz de conmover a niños y adultos por igual, utilizando sutilezas y a la vez contándonos una historia corriente envuelta con el papel de regalo de la magia. Una historia que todo aquel que tenga una mínima sensibilidad podrá disfrutar como un niño.
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