Últimamente con actualizar uno de mis blogs voy que chuto! Buscando por el mundo internauta encontré un estupendo meme sobre historias de época que os recomiendo. Aquí tenéis mis respuestas, molaría que alguno de vosotros se atreviera con él…! (^__^)
Ayer terminé de ver la segunda temporada de Downton Abbey, compuesta de ocho capitulazos. Para empezar decir que la serie empezó más o menos bien, tal y como la dejamos al final de la primera temporada, pero no hizo más que mejorar, para finalizar de manera magistral con el último episodio. En este caso, nos encontramos ante la I Guerra Mundial, en la que la mitad de los personajes viven en primera persona las bombas y escopetazos y la otra mitad está a la expectativa de los primeros.
La serie mantiene el nivel de la primera y el argumento de enredos amorosos no disminuye a pesar de la gran cantidad de tragedias que acontecen en esta temporada. Viejos enemigos dan pie a una pequeña redención, O’Brien particularmente deja de resultar tan odiosa, y aunque Thomas continua con su rol de auténtico villano, al menos descubrimos alguno de sus puntos débiles.
Por otra parte, de los personajes nuevos ninguno ha logrado llamar mi atención ni siquiera minimamente. La más importante, Ethel no logra destacar por mucho que lo intente y la nueva criada, ojito derecho de Lord Grantham, no parece tener ningún tipo de personalidad. Algo parecido ocurre con Lavinia, la mosquita muerta que está prometida con Mathew.
En cambio, los viejos protagonistas se encuentran en su salsa. Maggie Smith una vez más demuestra ser la mejor actriz de la serie, y también el mejor personaje, regalándonos más de una lindeza para enmarcar. Mary se gana en esta temporada todo mi cariño, y perdono a Edith, que por fin se comporta como una persona normal. Finalmente, Sybil que es la encargada de llevar el cambio y la lucha de clases, no me dice mucho, y su romance no está muy aprovechado según mi opinión.
Por lo demás todo sigue igual, los de arriba con sus cosas y los de abajo con las suyas. Esta fantástica serie que fue el detonante para mi obsesión por las series inglesas de época consigue mantener su calidad artística y argumental, dejando una vez más, completamente encandilados a crítica y público.
Maravillosa serie de la BBC (one more time) que me ha dejado en un estado de fascinación cercano a la estupidez tras su primera e inmejorable temporada. 10 episodios que hay que ver sí o sí. Por delante tengo la suerte de tener tres temporadas más al completo, donde espero tener más noticias de estos personajes que viven en torno a la oficina de correos de Candleford, y al pueblecito rural de Lark Rise. Quiero saber más sobre todo de Dorcas Lane, mi nueva heroína, eso sí que es un buen personaje… Los amantes de las series inglesas, encontraréis además, un buen número de actores más que conocidos (y destacados). Para leer mi reseña completa pincha aquí.
Llevo unos días (o semanas, meses, lustros…) bastante apática. Hay quien lucha contra la depresión con pastillas, yo lo hago creando blogs, sinceramente, empiezo a pensar que esto es como la gente que se tatúa. Viene un tatuaje monísimo en un hombro y cinco años después no se ve de que color tiene la piel. Yo paso de los tatuajes.
Los observadores más atentos ya se habrán dado cuenta de que últimamente me estoy aficionando (en exceso) a las historias de época, los libros de Jane Austen y las adaptaciones de la BBC. Así que, queriendo mantener a Nocivo domingo tal como está (con un poco de todo y no bombardeado con un solo tema), el otro día me dio por hacer este blog. Veremos qué sale de él, y bueno, sé que la semana que viene que vuelvo a tener un horario apretado, se reducirá considerablemente mi tiempo para mis adorados blogs, pero bueno, oye, hay que intentarlo.
Si queréis visitarlo pinchar aquí. Como podéis imaginar está en construcción, y además, me gustaría que con el tiempo este fuera un blog de colaboraciones en el que otros blogueros pudieran participar haciendo posts… Veremos en que queda.
La historiaNorthanger Abbey sigue a Catherine Morland y sus amigos el Sr. y la Sra. Allen en su visita a Bath, Inglaterra. La joven Catherine pasa el tiempo visitando a nuevos amigos y yendo a bailes. Catherine es pretendida por el hermano de Isabella Thorpe, su nueva amiga y por Henry Tilney. El Sr. Henry Tilney la cautiva con su punto de vista sobre las novelas y el conocimiento que tiene de la historia y del mundo. Los Tilney invitan a Catherine a visitar la finca de su padre, Northanger Abbey, que, dado que ella está leyendo la novela gótica de Ann Radcliffe titulada Los misterios de Udolfo, Catherine espera que sea oscura, antigua y llena de misterio y fantasía.
La abadía de Northanger es la tercera novela que leo de Jane Austen, y una vez más, esta autora me ha sorprendido gratamente. El libro muestra una clara sátira al estilo de las novelas góticas de la época. La verdad es que me lo he pasado muy bien con esta historia (que devoré en tres días pero que puede ser leída en una sola tarde), es el Jane Eyre de Austen. Tenemos a una joven poco virtuosa, sin mucho dinero pero independiente y sumamente inocente que acaba en un misterioso caserón lleno de secretos. Donde Charlotte Brontë nos ofrece misterio, pasión y tragedia, Jane Austen nos da crítica, ironía y realidad.
Aunque La abadía de Northanger no puede compararse con Emma u Orgullo y prejuicio, me ha parecido una historia excepcional contada de manera maravillosa. Para empezar, su protagonista inocente e incluso algo anodina, que ejerce de verdadera antiheroína, me parece un personaje fabuloso. La trama pasa volando y la historia es aún más irónica y crítica de lo que nos tiene acostumbrados la Austen. Una trama sencilla y divertida pero con el carisma propio del que es natural la autora, que no debe ser desdeñado en ningún momento.
Me he llevado una grata sorpresa con esta adaptación de la que no me esperaba prácticamente nada. Creada directamente para la televisión, su calidad es realmente buena. En ella nos encontramos con la historia algo simplificada y quizás nos perdemos un poco la típica ironía Austeniana, que debería estar más marcada tratándose de la adaptación de esta novela, pero lo cierto es que sobretodo de la mitad hacia el final, la película se supera considerablemente.
Su mayor acierto son sus actores. La verdad es que consiguen crear a la protagonista exactamente como me la imaginaba, el héroe caballeresco tampoco lo hace nada más, y destaca Isabella, la arpía interpretada por la ahora tremendamente famosa Carey Mulligan (que se dio a conocer como Kitty en la adaptación de Orgullo y prejuicio del 2005).
Una hora y media que se hace muy entretenida, y que posiblemente disfrutarán más quienes hayan leído la novela. Una acertada adaptación que lleva un ritmo ascendente, con una banda sonora notable y un sentido del humor refinado aunque demasiado apagado en comparación con la obra madre.
1995 fue el año de Colin Firth. Su Mr. Darcy quedaría grabado a fuego como el único Mr. Darcy posible, y esta miniserie de la BBC sería el punto de arranque para otras muchas historias de época, cuyas bases estarían claramente asentadas en esta mítica miniserie que supone una verdadera obligación para todos los amantes del género. ¿Suficientes razones para verla? Yo creo que sí.
Seis episodios son suficientes para transmitir el alma de Jane Austen. Y es que, aunque la versión del 2005 de Joe Wright sea más pasional y a mi me encante, he de decir que tiene poco que ver con lo que el original quería transmitir verdaderamente. En esta miniserie, en cambio, encontraremos todos los malentendidos, ironías, diálogos chispeantes y personajes grotescos que nos regaló Austen en su novela. Si Colin Firth hace un papel espléndido, nadie debería olvidarse de mencionar a una abrumadora Jennifer Ehle, que compone a la perfecta Lizzy Bennet sin que ni siquiera nos demos cuenta.
Esta adaptación que ya tiene sus añitos, no se ha quedado para nada anticuada. Quizás lo que más me ha llamado la atención ha sido la cantidad de actores (y sobretodo actrices) feísimos que aparecen. No sé, será que nos tienen demasiado acostumbrados en la televisión actual a los bellezones, pero es que solo sus protagonistas destacan por guapos. Y se agradece, es sorprendente cómo han cambiado ese tipo de cosas, o simplemente nos hace plantearnos que en Inglaterra se le da más importancia a la buena interpretación que a la belleza, algo que en América no suele ocurrir…
Una miniserie verdaderamente divertida, emotiva, mítica y que jamás pasará de moda. Fiel al original y nada anticuada logra transportarte sin mucho esfuerzo a otro siglo y otra época opuesta a la nuestra, con personajes inolvidables e inmejorablemente retratados. Merece la pena mucho.
Después de años como viudo, Mr. Gibson, doctor de un pueblo situado en la campiña inglesa llamado Hollingford, decide casarse nuevamente, para lo que su hija, Molly, no está preparada. La vida de ésta cambia radicalmente por la llegada de su manipuladora madrastra, que la involucrará en un mundo de traición y secretos familiares, y de su bella hermanastra, Cynthia. A pesar de la diferencias entre ambas jóvenes, pronto se convierten en muy buenas amigas, pero un peligroso secreto del pasado de Cynthia traerá serias consecuencias para ambas. Una intrigante historia de cotilleos y anhelos en los que Molly cambiará su visión del mundo.
Con esta, ya se suman un buen número de miniseries de época de la BBC que veo, todas tienen una temática similar, pero las diferencias entre unas y otras son enormes. Aunque Esposas e hijas (sacado de otro clásico de Elisabeth Gaskell) no me parezca la mejor de estas adaptaciones, lo cierto es que una vez más me ha gustado mucho. Esta miniserie quizás esté menos centrada en el amor y más en las costumbres del pueblecito, parece una mezcla entre Cranford y Norte y Sur (las otras dos obras de Gaskell adaptadas por la BBC con gran éxito).
Tiene un sentido del humor delicioso, muy crítico y quizás algo cínico que me recordó a la propia Jane Austen, y los diálogos de algunos personajes son para enmarcar. Los personajes secundarios se muestran insuperables, como el impetuoso médico del pueblo y padre de Molly, nuestra protagonista, la pérfida madrastra o un magnífico Mr. Hamley (representado por el grandísimo Michael Gambon).
Quizás lo que más he echado de menos es una mayor química entre los protagonistas. El romance eclosiona en el último capítulo (de los 4) y parece algo metido con calzador. El problema sea seguramente, que nuestra Molly no tiene ni remotamente la fuerza ni el carisma de otros personajes míticos de época (Margaret Hale, Emma Woodhouse, Lizzy Bennet o incluso la pequeña Amy Dorrit).
Es tan buena que en vez de resultar inocente, a veces parece un poco tonta, le falta algo de vida en el cuerpo. Su contrapunto masculino tampoco alcanza mínimamente a otros míticos caballeros de la época, y es que más allá de su obsesión por los bichos no tiene mucho carisma ni nada en lo que destaque más que su bondad (nuevamente).
A pesar de ello, como digo me ha gustado mucho. Es una historia sencilla, a ratos divertida y bastante inocente. Tiene algunos personajes memorables y los cuatro episodios, a pesar de pasar la hora de duración se pasan rapidísimo. Es una historia que merece la pena ver en pantalla, impecablemente realizada y que transmite esa sensación de felicidad que suelen llevar consigo las adaptaciones de la BBC. Eso sí, ahora ya no puedo soportar más las ganas de leer alguna novela de Elisabeth Gaskell….
Seguimos con la BBC, y es que una vez que empiezas ya no puedes parar. Ya no sé que más maravillas esperarme a la vuelta de la esquina con estos inglese… En este caso y persiguiendo a Romola Garai, una de mis actrices favoritas (ya sí, no hay duda), me he encontrado con una escalofriante joyita que no debería pasar desapercibida.
Ambientada en la Londres victoriana, la serie retrata con crudeza las oscuras miserias de una sociedad reprimida y fuertemente estratificada con el desparpajo y el atrevimiento que el propio Dickens jamás pudo imaginar. Un hombre de clase alta mantiene una aventura con una joven prostituta, que escribe en su «Libro del Odio» cómo asesina a sus clientes, mientras su mujer enferma hasta la locura encerrada en su casa. Las vidas de los tres personajes se entremezclan a través del sexo, la frustración, el miedo, la desesperación, la obsesión…
¿A parte de Romola? En serio. Menudo papelón hace esta mujer, poniéndose en la piel de esta prostituta carismática e inconsecuente, llena de contradicciones, odios y finalmente esperanzas. Desde luego, lo mejor de la serie son los personajes. Ella y la esposa del protagonista con problemas mentales hacen un retrato macabro pero a la vez (no sé porqué me da) muy real de lo que era el Londres de aquella época. Acostumbrados a la Inglaterra de Jane Austen, a veces un golpe como esta serie hace que realmente te des cuenta de dónde venimos.
Es una serie que al principio me costó admirar por lo escabrosa que resulta, pero una vez que te vas introduciendo en la historia y los personajes , hay algo que cambia en tu cerebro. Ahí dentro suena una especie de «click» que te permite admirar y disfrutar esta miniserie intensamente. La serie se mueve a la perfección entre el surrealismo y lo grotesco, con un nivel artístico altísimo, desconocido en una serie de televisión hasta ahora. Todo está inmensamente cuidado, desde el guión hasta el vestuario, pasando por decorados, fotografía, luz, banda sonora… No sé, todo se mueve como un engranaje perfecto y… perverso. Es una historia inigualable llena de belleza y a la vez terriblemente turbia, sucia y agobiante. Con un final que al menos permite un hueco a la esperanza, el suspiro y satisfacción. The Crimson Petal and the White se te queda dentro mucho después de haberla terminado, y consigue hacerte reflexionar incluso más de lo que se propone.
Es difícil encontrarle algo negativo a esta producción tan cuidada y tan bien realizada. Si tuviera que quejarme de algo sería de un primer capítulo tan terrible como sorprendente, que habrá hecho que más de uno se baje del carro y no le de una oportunidad por su apariencia sórdida. Pero bueno, también ahí está parte de la gracia, ¿Verdad? Abonada a los finales felices, admito que quizás uno tan bueno desentona con toda la ambientación y la idea de la miniserie, pero ¡Qué demonios! A mi, me ha encantado. Lo peor, posiblemente sea el odio que le cogerán las mujeres (una vez más) al género masculino gracias a ese despreciable personaje protagonizado por un mayúsculo Chris O’Dowd. Quejica, pusilánime, asqueroso e imperdonable.
The Crimson Petal and the White es una joya a la que muchos no querrán darle una oportunidad… ¡ERROR! No hay que dejarse engañar por su apariencia (ya lo decían en Aladín con lo del diamante en bruto). Esta serie es una rareza dentro de las rarezas, hecha con el mayor esmero y con un resultado perfecto. Está hecha para sorprender y consigue concienciar. A mi, desde luego, ha conseguido dejarme completamente anonadada. ¡Ah! Y a riesgo de parecer pesada…¡Viva Romola!
Con la llegada del rico y apuesto Mr. Darcy a su región, las vidas de los Bennet y sus cinco hijas se vuelven del revés. El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados abocan a sus personajes al escándalo y al dolor, pero también a la comprensión, el conocimiento y el amor verdadero.
Satírica, antirromántica, profunda y mordaz a un tiempo, la obra de Jane Austen nace de la observación de la vida doméstica y de un profundo conocimiento de la condición humana.
Para mi, el descubrimiento real de Jane Austen me sobrevino hace tan solo unos meses, cuando me interesé sin saber muy bien cómo con su novela Emma. Me sorprendió su falta real de romanticismo, su ironía constante, sus divertidos personajes, su parodia de todo y todos sin descanso, sus mujeres fuertes y sus palabras absolutamente controladas. Así que, a pesar de conocer perfectamente el argumento y los entresijos de Orgullo y prejuicio a causa de su última adaptación cinematográfica, lo cierto es que me moría de ganas de conocer la novela más famosa de esta autora. Esta novela se publicó por primera vez el 28 de enero de 1813, aunque Austen hizo su primera redacción de la obra entre 1796 y 1797, con tan solo 20 años.
Orgullo y prejuicio es un libro sobre la madurez. O al menos, esa es la idea que me ha quedado más presente tras leerlo. Lizzy y Mr Darcy sufren una cantidad innumerable de cambios y contratiempos, por dentro y por fuera, que consiguen hacerlos evolucionar de manera radical hasta el final de la novela. Mientras tanto, asistimos a un recorrido en primera clase de la vida y las costumbres de la época, eso sí, llena de crítica y sarcasmo hacia una sociedad que a la propia Austen le costaba habituarse, llena de contradicciones, injusticias y tonterías.
Orgullo y prejuicio es una novela para disfrutar. Saborear cada palabra y maravillarse ante los entresijos del propio lenguaje y la inteligencia de su autora al desarrollar la temática y a los personajes. Es una obra divertida y apasionante, que logra sumergirte sin problemas en una época que parece a milenios de la actualidad. Si tuviera elegir, me quedaría con Emma, quizás porque fue para mi un verdadero choque conocer el estilo de esta autora, y en esta segunda novela que leo ya me he habituado a su particular manera de narrar. Pero leyendo Orgullo y prejuicio nadie debería sorprenderse de que sea una de las mejores novelas de todos los tiempos.
Que estoy obsesionada con las Historias de época de la BBC no hace falta que lo diga. Desde siempre me han encantado a pesar de las pocas pelis que hay al respecto, y cuando descubrí el filón que era este canal inglés no daba crédito. Aún tengo una lista muy larga de miniseries por ver, cada cual más apasionante que la anterior. Con North & South he vivido un proceso de obsesión tan sorpendente que ni yo misma me creo que le ha llegado a fascinarme esta maravillosa historia de tan solo 4 episodios.
Esta miniserie basada en las novelas de Elisabeth Gaskell, cuenta como hija de un clérigo de clase media, Margaret Hale ha disfrutado de una educación privilegiada en el rural sur de Inglaterra. Pero cuando su padre abandona el oficio por una cuestión de conciencia, ella se ve obligada a adaptarse a una nueva vida en Milton, un pueblo de fábricas en el norte en plena revolución industrial. Margare está horrorizada con su nuevo entorno – la suciedad, el ruido y los brusco modales de los habitantes de Milton. Sin embargo, guarda su mayor desprecio para los propietarios de las fábricas. Cuando John Thornton, carismático propietario de las Fábricas Marlborought, se convierte en alumno de su padre, ella no deja lugar a dudas de su desagrado por esta nueva clase vulgar y sin educación…
Nuestra protagonista es una joven con un carácter fuerte y sorprendentemente independiente para la época. Fuerte, orgullosa pero llena de bondad, no tarda en alejarse de la clase alta de Milton (llena de comerciantes) para acercarse a los obreros, donde encontrará alguno de sus mejores amigos.
Su amor sin reservas a su hogar, al campo y la naturaleza de su pueblo natal hacen que le resulte tremendamente difícil adaptarse a Milton, aunque con el tiempo, empieza a darse cuenta de que ni el Sur era un lugar tan idílico ni el Norte tan terrible.
Es un personaje muy interesante, alejada de los convencionalismos y aunque la actriz al principio no conseguía convencerme, finalmente uno acaba entrando por ella.
¡Ah! ¡Mi querido John Thornton! pasa rápidamente a convertirse en el personaje masculino más destacado de cualquier historia de época que haya visto. Lo conocemos casi como un bárbaro que no duda de utilizar la fuerza bruta para aplacar a sus trabajadores, aunque poco a poco nos damos cuenta de que (una vez más) no todo es tan blanco ni tan negro, y que John Thornton siempre hace las cosas por alguna razón. Todo lo que tiene lo ha construido con sus propias manos, es trabajador, noble y de temperamento fiero.
Aunque tiene una fortuna mucho más poderosa que la de Margaret, su posición social es bastante inferior a la de ella, haciendo además que tengan puntos de vista opuestos de prácticamente todo en la vida. Su actor me ha fascinado en todos los aspectos, tengo su voz grabada en mi cerebro y esa nariz helénica no se me quita de la cabeza, oye.
Hannah Thornton es una mujer muy orgullosa, que adora a su hijo por encima de todas las cosas. Es una mujer formidable, a pesar de su cara avinagrada y su actitud de pocos amigos. Gracias a su ayuda, su hijo ha logrado levantar su imperio de algodón. Es otra faceta de mujer libre y emprendedora que no solemos ver en este tipo de historias, y a pesar de su antipatía manifiesta, a mi, me ha fascinado. Y no podía menos que comprender lo que le desagradaba nuestra pobre protagonista.
Estupenda la veterana actriz irlandesa una vez más, por cierto.
Nicholas Higgins es un obrero, que lleva años con el sindicato y cabecilla de las huelgas. Considera que estar en guerra por los patrones es la única manera de que les paguen lo que les deben para alimentar a sus familias. Es un hombre orgulloso, y temperamental, muy parecido a Thornton en realidad. Su dulzura y comprensión se la guarda para su familia, especialmente para su hija mayor, Bessie, que resulta hacerse la primera amiga de Margaret en el Norte, a pesar de su abismo social.
Y a pesar de que su papel carece de importancia en la historia, no podía dejar de mencionar a la hermana de John Thorton, un personaje que me ha hecho reír en más de una ocasión a causa de su absurdez intrínseca. Representa a la nueva rica de la época, llena de prejuicios, descarada, maleducada y caprichosa.
En realidad, cada una de sus tonterías hace gracia, aunque duele pensar que había una gran parte de la población femenina de aquella época con su misma actitud…
North & South me ha conquistado. Ha conseguido que me emocione como con pocas historias, y además creo que consigue hacer una representación muy realista de la época y de las diferencias que se estaban dando en Inglaterra en aquel momento. Es una historia de amor, sí, pero eso no es más que una pequeña parte de la aventura que nos narra la BBC, la revolución industrial, las diferencias de clases, el hambre, el orgullo, las huelgas, la precariedad y la pérdida son temas constantes que flotan en esta miniserie y que consigue calarte muy hondo.
No puedo comentar la serie sin pararme un momento para recomendar al mundo entero su banda sonora, tan desgarradora y con un tema principal tan potente, que no puedo parar de escucharlo. Ahora solo me queda cogerme cuanto antes un libro de Elisabeth Gaskell y ponerme a devorarlo, porque si ya con Cranford me había hecho la boca a agua, ahora con North & South ya ni os cuento.
En conclusión: Una historia épica y maravillosa a la que todo el mundo debería darle una oportunidad.
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