Al es un personaje acojonante. Todavía estoy viendo el principio de esta serie (de la HBO, ¡Cómo no!) pero ya se que lo adoro. Me fascina y repugna a partes iguales.
En Deadwood se dice que no hay ley, pero por supuesto que la hay, esa ley la pone Al Swearengen, él hace de comisario, abogado, juez y verdugo en su pueblo. Porque es su pueblo. Es mejor que si la mala suerte te lleva a Deadwood y tu escaso autocontrol te conduce al saloon que dirige nuestro querido Al, tengas los ojos bien abiertos, porque si no le gustas a Al, puede que no salgas vivo de allí.
Lo que más me sorprende de este personaje es que es despreciable desde el principio, nunca demuestra una actitud benévola o se retracta, y en nada puedes sentirte identificado con él, simplemente es un villano como a la vieja usanza. Pero hay algo que hace que no lo odies, será su inteligencia, su desfachatez consumada, su violencia explícita cuando habla, su innato liderazgo, será su camiseta blanca, sucia. No lo sé, pero a mi me resulta imposible odiarlo (de momento).
En Deadwood solo encuentro buenos personajes, definidos, autónomos, carismáticos, pero para que yo (persona que detesta abiertamente las películas de indios y vaqueros) acabara enganchada a una serie del salvaje Oeste tuvo que pasar Al Swearengen.
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