Esta serie del 2004 narra las aventuras de Jaye Tyler, una joven que después de licenciarse entra a trabajar en una tienda de souvenirs en las cataratas del Niagara. Esta mezcla de Amelie y Alicia (en el pais de las maravillas), descubre un día que está medio loca, o eso parece, porque todos los objetos y muñecos inanimados con forma de animal comienzan a hablarle y darle órdenes. No tarda en descubrir, que para su desgracia, todo aquello no es pura coincidencia…
Cómo verla:
Esta serie hay que vérsela con calma, al principio cuesta habituarse a su ritmo, pero tras un par de capítulos la cosa empieza a ir sobre ruedas. No es una historia enganchante tipo Lost o Battlestar Galactica, que te ves 5 capítulos un día, si no que está hecha con tiento, de otra manera, para saborear y disfrutar. Es una serie principalmente de humor, aunque claro, también incluye algo de fantasía, romance y drama (éste último muy leve). Es genial más allá de su estrambótica temática por unos personajes radiantes e inigualables.
Los personajes:
La familia Tyler al completo es lo mejorcito de la serie. Cada vez que entran en escena la hermana, hermano o padres hay que preparase para una ráfaga de carcajadas. Aaron Tyler, su hermano, es un teólogo ateo, su hermana, competitiva y familiar, una abogada lesbiana, sus padres son dos personajes de la clase alta americana típicos, sin dejar de ser por ello dos de los mejores personajes de la serie. La mejor amiga de Jaye es Mahandra, una camarera divertida, realista y profesional en aconsejar a nuestra protagonista. Eric, el camarero derrotado que se enamora perdidamente de Jaye. Éste es el único personaje que me falla, siendo demasiado cursi o predecible. Y por último, la propia protagonista, Jaye Tyler, esa Amelie real, con mala leche, que al principio de la serie se torna incluso demasiado cruel y asocial, pero que con el avance de los capítulos se va humanizando sin perder su egoísmo típico y sin dejar de estar llena de las incógnitas sobre cómo afrontar su futuro.
Final abrupto:
Y desgraciadamente lo que tiene Wonderfalls es que fue cancelada en su primera temporada, la insistencia de sus fans hizo que pudiera tener un final más o menos redondo, pero aún así, es algo abrupto y predecible, lo que de todas maneras no desmerece esta original serie de tan solo 13 episodios que logra brillar entre el resto del panorama televisivo con luz propia.
Magrat Ajostiernos dice:
En conclusión, una serie original y divertida que retrata perfectamente una situación bastante normal en nuestros días, licenciados que no saben que hacer con su vida y acaban trabajando de camareros o en tiendas de ropa. Un problema de una generación que sigue sin resolverse, encubierto con altas dosis de humor y sorpresas a raudales.